Soon It will be an Expresion | |||||||||||||||||
An eye for an eye(Ojo por Ojo) | and then everyone is blind... | ||||||||||||||||
Con esta cita de Mohandas K. Gandhi deseo exponer el punto de vista de aquellos que por ninguna razon en el mundo estamos de acuerdo con la imposici�n de la pena de muerte a uno que comete actos de violencia, no importa el delito que haya cometido. El pensamiento com�n ante la pena de muerte es a mi entender el que describe la Lic. Teresa Cort�s en su art�culo La pena de muerte (www.tiny.uasnet.mx/prof/cun/der/silvia1/intro.htm) y cito: La pena capital es la supresi�n radical o la eliminaci�n definitiva de los delincuentes que han demostrado ser incorregibles y peligrosos para la sociedad, ya que tales individuos no tienen el menor respeto ni atribuyen valor alguno al derecho a la vida, derecho inherente a los individuos que forman parte de la sociedad y de la que ellos mismos forman parte, por lo que consecuentemente no tienen respeto ni atribuyen valor alguno a su propia vida, por lo cual la pena de muerte es la �nica soluci�n para tales individuos. Ante tal pensamiento, podemos conocer dos vertientes que apoyan la abolici�n de tan horrenda forma de prevenci�n, como se les suele conocer a estos m�todos. Estas son: 1. Aquellos que se basan en los valores religiosos; siente un compromiso moral con la vida que se antepone a cualquier manera de acabar con ella. 2. Aquellos que reconocen que la pena de muerte falla al servir en su papel legal; ya que a quienes se les impone son personas de escasos recursos econ�micos, minor�as y personas con graves problemas mentales. Para todos estos, el verdadero prop�sito de la pena de muerte es de hacer natural el odio que gente llena de el desea perpetuar a trav�s de la pena de muerte: se mata porque nosotros si somos justos y el ajusticiado no. La pena de muerte busca su justificaci�n mediante estas hip�tesis: 1. "quia peccetun est"- a quien este pecando- busca un fin espec�fico. 2. "en peccetur"- para que nadie peque- de manera que sirva de ejemplo en el comportamiento social. 3. teor�a ecl�ctica: no se conforma con darle una caracter�stica. a. teor�a absoluta- la pena se justifica a si misma y no es medio para otros fines. b. teor�as relativas- medio de obtener fines ulteriores. 1) teor�a relativas de prevenci�n general- la pena ser� entendida como prop�sito de prevenci�n para los dem�s. 2) teor�as relativas de prevenci�n especial- la pena se impone y surte efecto en el delincuente. c. teor�as mixtas- prevenci�n general mediante la retribuci�m justa. Seg�n la Lic. Cort�s, el concepto de pena implica el castigar a quien resulte penalmente responsible de un delito; es la reacci�n legal que tiene y utiliza el Estado contra quien demuestre ser un peligro para la sociedad; la pena es el medio que responde a la justicia. Encontrado apoyo la pena capital en pensadores como Ignacio Villalobos, quien sostiene que para que la pena de muerte sea eficaz deber� ser: intimidatoria, por lo que deber� ser aflictiva; ejemplar, por lo que deber� ser p�blica; correctiva, por lo que deber� disponer de medios curativos, educativos y de adaptaci�n; eliminatoria y justa (aunque al final de cuentas esto no implique que Villalobos est� de acuerdo con la pena capital). Tomando ahora un poco del pensamiento del Lic. Roberto Hern�ndez y su art�culo Muerte de pena (www.analitica.com/bitblio/rhernand/pena.htm) comento a trav�s de cita: En Venezuela se cometen unos 300 asesinatos por mes en distintos lances. �Los integ�rrimos promotores de la pena de muerte proponen 300 ejecuciones mensuales? �600 muertos entre asesinados y ajusticiados? �3.600 al a�o? Tal vez m�s, pues en un asesinato pueden participar m�s� me dir�n que es solo para "cr�menes horrendos"� �no son ya horrendos 30 a�os de c�rcel, nuestra pena m�xima en c�rceles? Y llevando la l�nea de este pensamiento, cuando una persona insiste en la pena de muerte, es porque est� pensando emocionalmente, y no racionalmente. Los reacciones emocionales no tienen nada de malo; todo depende de la calidad de la emoci�n y del emocionado. El mismo Lic. Hern�ndez nos presenta argumentos en contra de la pena de muerte: |
1. No atempera al criminal ni alecciona al inocente. 2. No reduce la criminalidad; envilece a�n m�s al inocente. 3. Solo jueces infalibles pueden aplicar la pena de muerte (el �nico infalible es Dios). ( No se debe pasar juicio sobre el valor de la vida de cada cual; si dejamos que esto ocurra, es dar pie a que los prejuicios de cada uno decidan quien vale mas que el otro, dando paso a un exterminio y una guerra de nunca acabar entre humanos.) 4. Basta un solo inocente ejecutado por error o malevolencia para invalidar el supuesto beneficio de la pena de muerte. 5. Solo castiga a los deudos del ajusticiado; quien deja de sufrir al morir. 6. Matar al asesino es ponerse en su mismo papel, pues la razones de dar muerte son cuesti�n de punto de vista; al asesino pueden parecerle muy justificados sus motivos. A forma de notas sueltas y de dar validez a mi punto de vista, hagamos un leve recuento de la trayectoria de la pena capital en algunas sociedades. 1. Uno de los primeros delitos castigados lo fue el de traici�n a la patria. 2. Las formas de ejecuci�n var�an de acuerdo a las costumbres de cada pueblo, pero todas teniendo en com�n que mientras m�s dramatismo, mayor el sufrimiento infringido al delincuente. 3. Durante la vigencia de la Ley del Tale�n, el gobierno dejaba en manos del ofendido o de sus parientes la ejecuci�n de la sanci�n; aunque tambi�n exist�an funcionarios que se encargaban de eso. 4. Aunque suene parad�jico, fue el cristianismo, a trav�s de la predicaci�n del amor al pr�jimo y el car�cter divino de la vida, quien sent� las bases abolicionistas. 5. En las sociedades precolombinas, se conoce que exist�an torturas y la pena capital, siendo el sumo sacerdote quien los impon�a, ordenaba y cumpl�a. 6. En el S. XX la pena de muerte se aplic� a discreci�n en las mayor�as de las sociedades americanas, sin embargo, la prevalenc�a de reg�menes dictatoriales a servicio de las altas estratas sociales y de otras potencias extranjeras, quienes aplicaban tal sanci�n muy discriminadamente, trajo consigo la motivaci�n cada vez mayor del pensamiento abolicionista y no de disminuci�n. Ahora bien, muchos se preguntar�n que es entonces lo que se desea hacer con el sentenciado. Lo que se desea como m�todo correctivo es que el culpable tome plena conciencia sobre el acto que cometi� (en el caso de que haya cometido un asesinato) y sus consecuencias; en especial la muerte de su v�ctima y del sufrimiento de su familia. Para que la persona reconozca sus responsabilidades se necesita que est� vivo. Se necesita tanto del esfuerzo del delincuente como el nuestro para que se descubra su educaci�n moral. Una vez ambos reconocen la gravedad de los actos, en especial, quien comete el crimen y est� sumido en la culpa, tenemos dos opciones, preguntas por contestar: �tendremos la fuerza espiritual para buscar alg�n di�logo; de reconocer al asesino como un ser humano consciente de sus actos; seremos capaces de olvidar? O por el contrario, �nos dejaremos llevar por el odio y rencor, a trav�s del primitivo sentimiento de la venganza? Se tiene que reconocer la posibilidad de que el enfermo nunca tome consciencia de lo que cometi�, que niegue toda posibilidad de di�logo y entendimiento; pero eso nunca se sabr� si se ejecuta. Si simplemente se ejecuta el enfermo, estamos afirmando nuestra poca evoluci�n en el campo humanista, pues en otras palabras, declaramos que el di�logo y el perd�n no funcionan; que solamente podemos eliminar la violencia con m�s violencia, por lo tanto somos homicidas. Contrario a lo que muchas personas afirman de que en la Antig�edad era un impulso de venganza o de defensa y que en la actualidad es un medio con el que cuenta el pa�s para preservar su estabilidad social, para mi la pena de muerte solo hace ver la incapacidad del hombre de razonar; recuperar lo que perdi�, sino que ese mismo fuego del rencor ser� lo que lo terminar� consumiendo y arrastrando a la muerte de su esp�ritu y su cuerpo. Si vemos bien la ejecuci�n, en el caso de que sea un homicida, esto no har� que resucite la v�ctima, o mejor dicho, la segunda v�ctima, porque en la mayor�a de los casos (o por lo menos, en los casos encontrados para esta informe) las primeras v�ctimas lo eran los homcidas. En s�ntesis, la ejecuci�n es solo un acto colectivo de violencia premeditada, violencia legal. Todos somos responsables de la vida de los dem�s y no podemos delegar la vida de alguien en manos de otros. | ||||||||||||||||
UNDER CONSTRUCCTION | |||||||||||||||||
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